miércoles, 6 de junio de 2012

"Todas las obras de arte deben empezar por el final"

Para que se produzca un cambio en el proceso educativo, antes que estudiar métodos novedosos de enseñanza deberíamos cambiar y adaptar la forma de evaluar, de poco sirve una metodología innovadora si finalmente se va a calificar con instrumentos habituales y en base al resultado final. Si además el alumno no es consciente desde el principio de cuáles son sus objetivos de aprendizaje y cómo va a ser evaluado no podrá autorregular su proceso de aprendizaje desarrollando competencias para “aprender a aprender” y de autonomía e iniciativa personal.


En la asignatura de “Diseño, desarrollo e innovación del currículo”, como no podía ser de otra manera, estamos adquiriendo nuevas competencias, es decir, la forma en que las personas utilizan sus recursos para resolver tareas en contextos definidos y concretos. Desarrollamos nuestra capacidad de resolver las tareas que nos proponen, para muchos de nosotros nuevas, aplicando los conocimientos y habilidades que estamos adquiriendo para transferir posteriormente estas capacidades a medios educativos.


Por tanto, hubiera sido lógico realizar una evaluación por competencias de la asignatura. Actualmente muchas programaciones recogen la evaluación de competencias, pero viéndolas globalmente, son una mera adaptación de programaciones antiguas que se maquillan dándole una apariencia acorde con la legislación actual.


“La evaluación trata, pues, de comprobar hasta qué punto el alumnado progresa en la adquisición y desarrollo de las competencias; es decir, si activa las capacidades para resolver esos problemas a partir de situaciones y contextos didácticos que simulen esa realidad a la que deberá enfrentarse”. Zabala (2007).


La base de la adquisición de competencias es la resolución de tareas, entonces la calificación de las mismas se medirá a través de la recogida continua de “datos de cómo se resuelven las tareas propuestas”. Esto supone definir o acotar las competencias específicas que queremos desarrollar y evaluar, así como los criterios que van a derivar de cada una de ellas. La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (España), posee un documento ANECA (2004) donde destaca una recopilación de competencias específica con el fin de que se adecuen al Espacio europeo de educación superior, entre ellas las más relacionadas con las asignatura serían:
- Competencia de planificación y organización
- Competencia de comunicación oral y escrita en la lengua materna
- Competencia de trabajo en equipo
- Competencia para las relaciones interpersonales
- Competencias en el manejo de las nuevas tecnologías de la información y comunicación
- Autoconcepto
- Autoevaluación



En los criterios e indicadores de evaluación se deberían tener en cuenta simultáneamente la adquisición de los contenidos y su transferencia a la interpretación y posicionamiento ante problemas y situaciones reales. Por tanto deberían explicitarse si para resolver una actividad de evaluación el alumnado dispone de los conocimientos necesarios (conocimientos funcionales), activa estrategias adecuadas, alcanza soluciones correctas y si es consciente de cómo lo ha conseguido.


“Al final, no os preguntarán qué habéis sabido, sino qué habéis hecho”
Jean de Gerson (1363-1429)

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